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Permítenos contarte nuestra historia

Somos una familia de cuatro: Frank, mi esposo, y yo, Lore, una pareja de colombianos que se reencontró lejos de casa. Aunque nacimos en la misma ciudad y estudiamos en la misma universidad, fue el destino el que nos reunió en Ensenada, México, en 2013. En ese entonces, cada uno había migrado por separado a México para perseguir un sueño: desarrollarnos como científicos y aportar desde nuestro conocimiento al mundo. Lo logramos, pero con varios sacrificios.

Años después, cuando nos casamos en 2018, sentimos con fuerza el llamado a emprender. No sabíamos cómo ni con qué, solo sabíamos que queríamos construir algo propio, con propósito y libertad.

 

Al poco tiempo, llegó nuestro primer hijo, justo cuando el mundo se detenía por la pandemia en 2020. La maternidad y la paternidad nos alcanzaron en la intimidad del hogar, lejos de la familia, pero cerca uno del otro, y con toda la atención puesta en nuestro pequeño.

Fue en ese nuevo rol como padres donde todo cambió. Observamos que nuestro hijo rechazaba ciertas telas, le molestaban las etiquetas e incluso los cortes que dejaban bordes ásperos. Aunque al principio parecían incomodidades pasajeras, con el tiempo fuimos entendiendo que su sensibilidad a las texturas era persistente. Hasta los tres años fue especialmente notoria, y aún hoy sigue prefiriendo prendas suaves, sin etiquetas colgantes y sin botones.

Con el nacimiento de nuestra hija, aprendimos que cada infante vive su propio mundo sensorial. Ella no fue tan sensible como su hermano, pero mostró desde muy temprano una preferencia por lo suave, y cualquier prenda poco transpirable le provocaba incomodidad, especialmente al dormir. No descansaba bien, se agitaba, se despertaba.

Así comprendimos que los detalles importan, y que un buen descanso, una sensación de bienestar, y la comodidad de los más pequeños pueden transformar también la experiencia de sus padres.

Dulce Marmota nació de esa necesidad real: la de crear prendas que les hagan la vida más amable a los bebés y también a quienes los cuidan. Nos enfocamos en los primeros años —de 0 meses a 3 años—, una etapa crucial en el desarrollo sensorial y emocional. Buscamos materiales que ofrecieran contención, libertad de movimiento, suavidad y seguridad desde el primer uso. Así llegamos al Lyocell, una fibra botánica ultrasuave y sostenible, que al combinarla con un poco de elastano, nos ofrece el balance perfecto entre ternura y funcionalidad.

Desde 2022, completamos ya más de 3 años desarrollando y perfeccionando cada prenda que hoy te ofrecemos. Desde mamelucos con o sin pies, pijamas de dos piezas, hasta nudos de transición: cada diseño ha sido pensado con el mismo amor y la misma exigencia con que vestimos a nuestros hijos.

Nuestro equipo lo conformamos nosotros, Lore y Frank, en cada diseño, elección de textil, ilustración e imagen. Pero Dulce Marmota no sería posible sin el apoyo de fotógrafas y amistades con quienes compartimos valores de crianza, sostenibilidad y el amor por los detalles. Somos una comunidad pequeña, colaborativa y profundamente comprometida con lo que hacemos.

Nuestra cultura de marca se inspira en el ritmo natural de la infancia. En Dulce Marmota no corremos: acompañamos. Elegimos ilustraciones dulces, con personajes suaves, materiales nobles y mensajes que invitan a la calma. Queremos que cada pieza transmita seguridad, ternura y autenticidad, porque creemos que la infancia debe vivirse con libertad, sin etiquetas que raspen, ni prendas que incomoden. 

Dulce Marmota es más que una marca. Es una respuesta a nuestras preguntas como padres primerizos, una alternativa ética en un mundo acelerado, y sobre todo, una invitación a criar con suavidad, con conciencia y con estilo.

 

Bienvenida, bienvenido. 

En resumen, en Dulce Marmota creamos prendas con:

  • Amor y propósito familiar.
  • Materiales sostenibles y suaves.
  • Diseños pensados para el desarrollo sensorial.
  • Compromiso con la crianza consciente.

Conoce más sobre nosotros y acompáñanos en este viaje hacia una infancia más amable y auténtica.